lunes, 17 de agosto de 2020

Pantano d´Isbert

Codificado con el nº. 08906 de la Confederación Hidrográfica del Júcar, el pantano d´Isbert recibe este nombre por a su ubicación, pues está situado en el valle del antiguo rahal de Isbert “Ixber, Hixber”, lugar que, en 1535 era anejo a parroquia de Orba y constaba de cinco casas de cristianos nuevos.  



Según describen López Gómez, A. y Roselló Verger, V.M en: Geografía de la Provincia de Alicante, pág. 434- 436, desde finales el siglo XVIII se venía albergando la posibilidad de controlar y almacenar las aguas del río Girona. Buena prueba de ello, la tenemos en las notas tomadas por el polígrafo Cavanilles en su viaje realizado a nuestra comarca en el año 1792 y publicados en su obra “Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia, Madrid (1795-1797)”, que en el Tomo II, pág. 207-209, describe la posibilidad de una hipotética construcción de un pantano en su cauce, así como las condiciones geológicas del terreno, relatando el siguiente texto:

 “Uno de los mayores barrancos del Reyno es el llamado del Infern, al qual acuden por varios rumbos los de las montañas de Alcalá, Evo, y Lahuár. Sería largo describir su curso con los precipicios, quebradas y abismos que presenta. Me contentare con indicar un proyecto que creo ventajoso al Marquesado de Dénia, si se aprovecha la disposición natural del portillo ó boca por donde desagua el expresado barranco. Las aguas de un recinto montuoso de tres leguas largas de  diámetro, juntas en un cauce rompieron los últimos montes para caer a las llanuras de Orba, y al Marquesado de Dénia, desando una abertura de centenares de pies de altura, la cual tiene en la base contigua á las llanuras unos 14 pies de ancho, y de 30 á 60 en la parte superior. Llámase el estrecho de Isbert, y por ella sale en tiempo de lluvias un río caudaloso; pero cuando no llueve muy escaso, qual corresponde a las fuentes perennes que en gran parte aprovechan los pueblos del citado valle. No he visto en el reino sitio más oportuno para hacer un pantano igual al de Alicante: la corta distancia de los muros que  forman el estrecho ahorraría materiales, y los necesarios se lograrían á poca costa; porque la maleza y leña de los montes serviría para calcinar la piedra caliza y dura, y esta  suministraría sillares al pie de la obra, que rendiría grandísima utilidad. Apénas tienen riego los pueblos del Marquesado, cuyos términos participan de  la llanura que se extiende tres leguas hácia  el mar, y una larga  de norte á sur: reducida á huertas por medio del pantano daría quatro veces más frutos, y á proporción, se multiplicarían los vecinos.

Las aguas, recogidas en un estanque de suficiente capacidad, deberían distribuirse por dos canales, uno á la derecha de Isbert, y otro á la izquierda, por este irían á los pueblos de Tormos, Sagra, Rafol, Benimeli, Sanét, Negrals, Beniarbeig, Vergél, Llocs “Poblets”, Ondara, Pamis y Dénia; y por el de la derecha á Orba, Benidoleig, Pedreguér, Gata y Xábea. Como los gastos de la obra serán considerables á pesar de las ventajas que presenta el terreno, convendrá examinar ántes los ribazos del barranco que deberán servir para el estanque, y ver si se hallan en estado de contener las aguas. Sabemos que estas filtran y se introducen hasta los cimientos de muchos montes, especialmente los inmediatos al mar, y la experiencia prueba de buena porción de ellas acude por filtros subterráneos á formar en las raíces del monte Cabál, muy cerca de Tormos, la fuente Bolata de que procede un río respetable quando prediciéron inviernos lluviosos, bien que desaparece en el verano. Por de pronto tenemos á favor del pantano proyectado las aguas que sin interrupción baxan por el cita do Isbert, las quales, aunque escasas, prueban ser sólido el cauce por donde vienen.

Aprovéchalas hoy día los 100 vecinos de Orba, más no como pudieran, porque la presa y cauce que hicieron para conducirlas á los campos están en mal estado, y no pueden contenerlas. Más utilidad sacan de las fuentes del pueblo, con cuyos desperdicios riegan ocho jornales de tierra, los que se aumentarían sobremanera si se hiciera el pantano, porque hay llanuras considerables en el témino, este tiene hora y media de oriente á poniente, y media  de norte á sur, confinando con los del Rafol, Sagra, Tormos, Lahuár, Murla, Parsént y Alcalalí” 

En 1850, aprovechando la relación del sagrantino D. José Albiñana Rubio, –fotógrafo de cámara la Reina Isabel II–, con la reina, presentó al gobierno de España las inquietudes de su comarca natal sobre la posibilidad de construir un pantano en la cuenca del río Girona en el valle de Laguard. Al efecto, bajo el epígrafe de Mejoras del mayor interés, el periódico El Alicantino publicaría el 18 de agosto de 1850, el siguiente artículo referente al asunto descrito sobre la construcción de una presa. Artículo que también publicarían los periódicos El Heraldo de Madrid, el 21 de agosto y El Católico de Madrid, el 23 de agosto. La publicación del periódico El Alicantino puntualizaba: 

“El señor gobernador de esta provincia Sr. Campoamor, salió en la madrugada de ayer de esta capital alicantina con el objeto de reconocer por sí mismo, los terrenos donde deberá construirse, según todas las probabilidades el “pantano de Isber”. Parece que el gobierno de su majestad la Reina Isabel II, en vista del proyecto presentado por el fotógrafo de cámara la Reina, el sagrantino D. José Albiñana Rubio. El gobierno español pidió informes a esta autoridad sobre la conveniencia de esta obra, y sin duda con el fin de poder evacuarlos con más exactitud y acierto, ha dispuesto examinar personalmente la posición topográfica del estrecho designado por el Sr. José Albiñana para depósito de las aguas.

La predilección con que ha mirado siempre el Sr. Campoamor todo cuanto concierne al planteamiento y resolución de obras públicas, nos hace esperar que el resultado de su viaje nos será muy satisfactorio para el marquesado de Denia. En efecto, el vasto territorio de este partido, secano hoy en su mayor parte, se convertirá con la construcción del pantano, en hermosas huertas que han de aumentar la riqueza y las producciones de una manera extraordinaria, participando muy particularmente de los beneficios del riego los pueblos de Tormos, Sagra, Rafol, Sanet, Benimeli, Benidoleig, Ondara, etc., y si las aguas son abundantes también los de Pedreguer, Jávea y Denia.

Según el plan presentado, el pantano debe formarse con las aguas de un río de aluvión que hay entre Tormos y Orba, y que tiene su origen en Vall de Ebo y barrancos de Laguart; esta agua vienen encajonadas entre  dos grandes montañas hasta desembocar en el estrecho llamado de Isbert, punto, como ya hemos dicho, designado en el proyecto para construir el pantano. El estrecho tiene aproximadamente cien pies de longitud, cuarenta de latitud y unos doscientos de profundidad, estando indicado, según parece, por su naturaleza misma para una obra de tamaña importancia.

Mucho esperamos del celo del señor Campoamor. Si el proyecto en realidad es tan útil como se supone, es de creer que venza desde luego cualquier obstáculo que pueda oponerse, y que en breve veamos terminada una obra que ha de honrarle tanto, como riqueza ha de reportar a los pueblos de esos partidos, agobiados hoy por la sequía y la miseria.

Para dar con exactitud y conciencia un informe de tal importancia, nada más acertado que constituirse en el lugar elegido e inspeccionarlo detenidamente” 

La revista de Obras Públicas del Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos –fundada y sostenida por el Cuerpo Nacional de Ingenieros–, describía que, a principios de 1875 comenzaron los primeros proyectos para la construcción de un pantano en la cuenca del río Girona. Al efecto, el 25 de junio de 1875, la Excma. Diputación provincial de Alicante, otorgó una concesión a los Sres. Toribio Iscar Sáez y Juan Moreno, ambos, promotores de la ciudad de Madrid para la construcción de un pantano en el vaso que forma el Girona en la parte baja de la Vall de Laguar, más concretamente en el paraje del antiguo rahal de Isbert, concesión publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Alicante con el nº180. –Sobre este proyecto la descrita revista publicaba que, las aguas embalsadas se distribuirán por dos canales independientes, uno por su izquierda con una longitud de unos 24 Km., para regar los términos de Tormos, Sagra, Ráfol d´Almúnia, Benimeli, Sanet, Negrals, Beniarbeig, Pamis, Ondara y Dénia, y por la derecha con una longitud de unos 18 Km., para regar los términos de Orba, Benidoleig, Pedreguer, Gata y Jávea. El presupuesto de las obras de este pantano era de unos 2.000.000 de pesetas aproximadamente–.


A partir de su publicación, el 28 de julio de 1876 se inician los preparativos para su construcción, pero sería pospuesta pese a las buenas intenciones y a las cuantiosas campañas en defensa de su construcción realizadas por los concesionarios Sres. Iscar y Moreno, unidas al incondicional apoyo de su representante en Pego, el abogado y periodista D. Camilo Pérez Pastor, ex diputado de la Primera República y candidato perpetuo al acta de diputado en Cortes por el distrito de Pego, persona fundadora del semanario Bullentó, cuya publicación estaba dedicada por y para la defensa de los intereses pegolinos.

Pero las circunstancias cambiaron a partir de 1890, a consecuencia de los primeros embates de la filoxera, “Phylloxera vastatrix (Planchon)”, o también conocida bajo el nombre de Daktulosphaira vitifoliae (Fitch), plaga que provocó que las plantaciones dedicadas a la vid se infectaran, lo que obligó y estimuló a que los agricultores buscaran otra alternativa al mayoritario monocultivo de la vid, provocando un progresivo cambio a otros cultivos, encontrándose entre ellos algunos dependientes del regadío, destacando el cultivo de la naranja. Vistas las nuevas necesidades, el Escolapio paleontólogo y geólogo Padre Leandro Calvo Pascual, en 1908 realiza un anteproyecto con el que se pretendía almacenar la suficiente cantidad de agua para poder regar 10.000 Ha, adquiriendo para tal efecto en 1910, los derechos a la empresa inglesa Spanish Irrigation Litet, no llegando a ningún desenlace.

Sobre la no ejecución anteriormente descrita, Julio de Vargas narra el siguiente párrafo en su obra “Viaje por España: Alicante-Murcia;  pág.162, publicada en el año 1895 en el periódico El Liberal de Madrid ”.

Se han manifestado dispuestos á beneficiar todas sus tierras de regadío con las aguas producidas de los cuarenta y cuatro millones de metros cúbicos  que podría contener la presa del Pantano. Pero Dénia no ha demostrado hasta ahora el mismo interés, al contrario; no ha considerado necesario el riego para sus terrenos dedicados al cultivo de la vid, y ni ha querido comprometer en el negocio capital alguno, ni siquiera suscribirse á la percepción de las aguas, para el caso en que el encauzamiento de las del Pantano llegara á ser una realidad.

El concesionario del proyecto y su representante confían, sin embargo, en que modificándose – como esperan que se modifique– las condiciones de producción de Dénia, los agricultores necesitaran agua de riego para transformar el actual cultivo, y que entonces facilitaran  los medios para que el Pantano salga de la esfera de proyecto. Si esto sucede, parece indudable que con ello habrán de ganar mucho todos los pueblos del Marquesado”.

El 12 de agosto de 1915, el financiero J. Henrich, constituyó una Comunidad de Regantes del Pantano de Isbert, la cual propuso a la comarca del Marquesado de Dénia la construcción de la anteriormente citada presa de Isbert, proyecto que no se realizó debido seguramente a los difíciles acontecimientos que atraviesa la agricultura en 1916 en la exportación de agrios, seguramente debido a los eventos de la Primera Guerra Mundial. Pero a partir de 1928, de nuevo se restablece el anhelado sueño de la construcción de la presa del pantano de Isbert, esta vez estuvo propiciada por la iniciativa de unos promotores catalanes, los señores Brutau y Cruells, que en 1931, utilizando un proyecto de D. Alfonso Peña Boeuf, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, pero de nuevo este proyecto quedaría detenido al poco tiempo, debido a la dificultad que comportaba la inyección del cemento en esa época, trance este que desbordaba sus posibilidades económicas.

La Revista de Obras Públicas, insertaría varias publicaciones sobre “Las Presas-Bóveda”. Entre otras, la publicada en el nº 1 de mayo de 1927, por el profesor e ingeniero de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos D. Alfonso Peña Boeuf, así como el consultor H. E. Gruner, que también realiza una profunda descripción sobre: Consideraciones sobre el cálculo y la ejecución de las presas-bóvedas 1927, 75, tomo I (2488): 413-417. En 1930, se publican los antecedentes relativos a la concesión del proyecto de la Presa d´Isbert y el nuevo tipo de Presas Bóveda ideado por el mismo D. Alfonso Peña Boeuf, en la misma se narra: 

“La Excma. Diputación provincial de Alicante, con fecha 25 de junio de 1875, y en virtud de facultades que le concedía la ley de Canales y Pantanos de 1870, otorgó a D. Toribio Iscar la concesión necesaria para construir en el cauce del río Girona y garganta de-nominada estrecho de Isbert, en que afluyen los valles de Alcalá de la Jovada, Evo y Laguart, una presa productora de un embalse capaz para dotar de riego gran parte de fértiles términos correspondientes a pueblos de la comarca denominada Marquesado de Dénia, que linda con la costa, junto al cabo de San Antonio.

  Transcurridos gran número de años sin que, por una serie de vicisitudes, pudieran llevarse a cabo aquellas obras, y en poder la concesión de los herederos del primitivo concesionario, tanto por lo anticuado del proyecto y fuera de la realidad los precios que en aquél se aplicaban, como por tratar de conocer con mayor exactitud los recursos hidráulicos disponibles, encargaron aquéllos al eminente ingeniero, profesor de la Escuela especial de Caminos, Canales y Puertos, D. Alfonso Peña Boeuf, un estudio comparativo de los trabajos hasta entonces efectuados, y asimismo que teniendo en cuenta los datos de aforos y pluviométricos de la comarca, dedujera la media de los recursos hidráulicos con que pudiera contarse;  como consecuencia de aquel estudio se le encomendó el proyecto de la presa de embalse….

...Las únicas dudas, y así lo expuse al concesionario, que podrían presentarse, las sugerían la permeabilidad del vaso, sobre todo en su fondo, y el volumen de agua disponibles; pero una y otra la experimentación solamente debía decidirlas, y ninguna ataguía provisional para ir haciendo embalses parciales podría ejecutarse con mayor economía que la misma presa proyectada; era, pues, sólo condición precisa ejecutarla por partes, que fueran dando a entender, por embalses sucesivos, los puntos de filtración, sin perjuicio que buen número de ellos, ya conocidos, se taponasen, como así se ha hecho, ganando algún tanto en la impermeabilización, según demostró una pequeña avenida reciente que a los nueve metros de altura en la obra vertió con lámina mayor de un metro por encima de ella. El terreno es dudoso, pues pertenece a la formación infracretácea y ofrece algunas pequeñas cavernas, según lo ha demostrado la apertura del túnel del camino de servicio.

Aun cuando las zonas límites de las provincias de Valencia y Alicante acusan un régimen pluviométrico muy escaso, dentro de ellas parece que aquel valle ofrece condiciones de excepción, confirmándolo, según datos recogidos en el país, el nombre árabe de Laguart, que quiere decir «Lluvioso». De todos modos, la altura media de precipitación en el pluviómetro de Fontilles, inmediato al embalse, y seis más de alrededor, es de 550 mm en períodos moderados, llegando a 700 en los lluviosos. Según esto, y contando con un coeficiente de escorrentía de 0,40, dadas las fuertes y desnudas pendientes de aquellos valles y su carácter torrencial, y conocida la cuenca de recogida de 56,678 kilómetros cuadrados, se pueden embalsar, como término medio, de 11 a 15,5 millones de metros cúbicos, descontadas las pérdidas por evaporación. Para este embalse máximo exige la cerrada una altura de presa de 45 metros y ésta se le hubiere dado si fuera del tipo gravedad, por la variación del incremento del volumen de la obra respecto a su altura; pero en las presas bóvedas cuya variación es casi lineal el aumento de coste es pequeño y se proyecta alcanzar los 47 metros, con lo que el embalse será de 17 millones de metros cúbicos, pudiéndose así recoger hasta las aguas de años excepcionales, siendo probable que no funcione nunca el aliviadero de superficie”. 

Al terminar la guerra civil española, por mediación de una ayuda estatal que subvencionaba el 80% del importe según una ley de 30 de junio de 1939, se acomete de nuevo el proyecto de la presa de Isbert. Por lo que en abril de 1940, posibilitó a los concesionarios el reiniciar dicho proyecto, restableciendo de nuevo la Comunidad de Regantes del Pantano de Isbert. En este nuevo proyecto, se preveía la construcción de una presa de 50 metros, así como la impermeabilización del vaso con una capacidad de almacenamiento de 8 Hm3de agua, los cuales inundarían unas 28 hectáreas, ya que con esta capacidad, se dispondría de bastante cantidad de agua para poder regar aproximadamente unas 3.000 Ha.

En 1944 realizaron la primera fase del proyecto que consistía en el taponamiento de las fisuras e impermeabilizar el vaso del pantano hasta una cota de 16 m. En  diciembre de 1945 y, a modo de prueba, se realizó un primer llenado del pantano colmándolo hasta la altura de 27 metros que en esos momentos tenía la presa, por lo que acumularon aproximadamente unos 4 millones de metros cúbicos de agua. Pero en el transcurso de unos veinte días, el pantano se vació completamente por la filtración del agua embalsada a través de su lecho y paredes, y como ya ocurrió en años anteriores, a consecuencia de ello, se paralizaron de nuevo las obras.  



En 1954 se abordó de nuevo el proyecto, realizando un estudio para realizar un revestimiento del vaso del pantano con cemento, usando un nuevo sistema llamado gunitado, pero según las malas lenguas, el cemento destinado a la impermeabilización del pantano llegó muy escaso a Isbert, es decir, se perdía o se evaporaba por el camino desde Dénia a Isbert. La versión popular alude, que Isbert no se impermeabilizó, pero sí se impermeabilizaron la mayoría de las cisternas desde Dénia hasta Isbert, así como otras construcciones. Por lo que a raíz de un nuevo informe desfavorable de los Ingenieros, el referido proyecto de impermeabilización se desestimó definitivamente el 1 de junio de 1957. El embalse construido está fuera de servicio, no obstante, el pantano de Isbert sigue cumpliendo una función trascendental recargando los acuíferos por la reinfiltración de caudales de agua que recibe. 

José Costa Más, publicaría en la obra El marquesat de Dénia. Estudio geográfico. Universitat de València, 1977. Pags. 62-63, el siguiente texto: 

“El estrecho de Isber en el rio Girona, ensancha ligeramente su cauce a la altura de Benimaurell, para volverlo a cerrar en el estrecho de Isber, cerca de Campell, a través del cual se abre a la Retoria. Pasado el Barranc de l’Infern, el rio labra la garganta de Isber, de corto recorrido, pero que constituye una de las más angostas y verticales del territorio valenciano.

Resulta problemático reconocer el carácter de estos cañones. La observación del congosto (desfiladero entre montañas) de Isber y sus inmediaciones nos puede dar alguna luz al respecto. En Isber el río cambia bruscamente de dirección a NW-SE, encontrando unas capas calizas de tipo litográfico y marmóreo, de gran resistencia, y al erosionarlas se encaja en ellas profundamente; el estrecho es del orden de 4 a 5 m de ancho en la base, abriéndose muy lentamente en altura, de modo que la separación de las paredes viene a ser solo de 14 m, a unos 60 m. sobre el nivel del cauce.

Dos factores coadyuvan al proceso erosivo fluvial: por una parte, la línea de escorrentía se hace coincidente con el buzamiento (inclinación) de las capas en planos acusadamente inclinados, del orden de 70º a 60º SE; de otro lado en este caso se puede establecer una relación estrecha entre el congosto y un sistema de fallas secundarias que, precisamente en dirección NW-SE, cuartean el macizo calizo. Cuando fue estudiada la zona para fundamentar la presa, libre aun del material de arrastre que hoy impide ver el cauce, se apreció como los bancos de un flanco enlazan sin  disconformidad con los del opuesto, indicando que el plano de falla no se prolonga por el fondo de la garganta.
Con todo, el despeñadero es debido esencialmente a la acción erosiva del río, si bien fuese en principio favorecida por esas pequeñas fallas y por el fuerte buzamiento  del terreno que coincide con el rumbo fluvial” 

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Bibliografía.

Cit. LA RECTORÍA: Breve Recopilación Histórica de la Rectoría del Marquesado de Dénia, en el Reino de Valencia. págs. 17-21. 2009: Carlos Cardona Doménech.








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